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Lucía es la creadora y redactora del blog Planeando ser padres, una bitácora que gracias a su cercanía y su sentido del humor se ha convertido en referencia en la blogosfera maternal. Tanto es así que ha conseguido monetizarlo y convertirse en blogger full time. Como ella misma dice, “sin salir de casa, criando a mis hijos ¡y llevándomelos casi a todas partes conmigo cuando tengo compromisos fuera! Sorprendente del todo”.

Eres mamá y blogger full time. Si te llegan a decir, antes de abrir Planeando ser padres, que ibas a poder “vivir” del blog, ¿cuál hubiese sido tu reacción?

¡Jajaja! Creo que hubiera preguntado lo mismo que me preguntó a mí mi padre: “Pero ¿eso da dinero?”. A día de hoy me sigue pareciendo increíble poder tener un espacio personal y monetizado, que me permite obtener ingresos y que supone un aporte importante para mi familia. Sin salir de casa, criando a mis hijos ¡y llevándomelos casi a todas partes conmigo cuando tengo compromisos fuera! Sorprendente del todo.

Por cierto, ¿cómo surgió el blog?

Estábamos este hombre y yo planeando ser padres cuando tras 3 meses de búsqueda de nuestro primer bebé ya le tenía la cabeza loca por mis lecturas sobre el embarazo, la maternidad, la crianza… Como él no quería saber nada del tema, y yo tenía la necesidad de compartir esos millones de datos que estaban entrando en mi entendimiento, me senté una tarde y abrí el blog. Fue secreto hasta que me quedé embarazada y se lo confesé, primero a él y 3 meses después al resto de la familia. Pero la idea inicial es que fuera un diario secreto que quedara para nosotros. Porque además, le puse este nombre pensando que él me escribiría muchos posts dando su visión masculina de la paternidad. Está visto que no tenía ni idea de cómo acabaría la película.

Semana tras semana tu blog se cuela entre los más leídos de la blogosfera. ¿Cuál es el secreto del éxito de Planeando ser padres?

¡No lo sé! Yo empecé sin tener ni idea de SEO, ni de nada relacionado con el posicionamiento en buscadores, ni gestión de redes sociales, ni de la existencia de los patrocinios y colaboraciones con marcas. Así es que escribía como periodista normal. Tratando de ser algo aséptica en mis primeros posts, hasta que me di cuenta de que la maternidad se merecía una implicación emocional mayor y empecé a escribir tal cual hablo (que es algo que le sorprende mucho a la gente cuando me conoce en persona y descubre que uso el mismo vocabulario que aparece en mis posts). Supongo que el hecho de redactar como si entablara una conversación y explicando puntos de vistas personales, es lo que enganchó a la gente en el inicio.

Tras el terremoto de la bichilla llegó a principios de año Churumbelito. ¿Es más fácil la bimaternidad o, como dicen, uno más uno no son dos?

¡Tengo un post pendiente sobre esto! Yo soy del bando de las que piensan que la bimaternidad es más fácil. Ya me lo decía mi madre: “Tienes que tener al segundo cerca, que luego se entretienen solos y te quitan trabajo”. Aún así, ese cerca no fue todo lo corto que hubiéramos querido, pero con el terremoto de mi bichilla en casa ¡cualquiera se traía a un bebé al que atender! Se llevan 3 años y no sé si es que de verdad la experiencia de no ser primerizos nos facilita la crianza del segundo, o es que hemos desarrollado poderes especiales, o un hijo mayor te quita faena respecto a los siguientes. Es una situación menos estresante de lo que me había imaginado.

¿Qué ha cambiado de la Lucía que parió a Bichilla a la que en enero paría a Churumbelito? ¿Hay un antes y un después de la maternidad?

No sabría decirte. Siempre he sido muy desahogada y muy relajada para casi todos los temas de la vida corriente. Creo que en esencia, sigo siendo la misma, aunque he aprendido a relativizar más y a pasar mucho de conflictos, para los que ya no me queda tiempo. Eso sí ¡esta Lucía ahora tiene más sueño que antes! Pero pocos cambios creo que he sufrido.

“Con la maternidad he aprendido a relativizar más y a pasar mucho de conflictos”

Lo que también han cambiado han sido los pañales 🙂 Con Churumbelito has empezado a utilizar Pingo. ¿Qué es lo que más te gusta de nuestros pañales?

¡Todo! Han sido uno de los mayores descubrimientos de esta segunda maternidad. Sinceramente, mi bichilla se crió a base de pañales de marca blanca del supermercado, porque eran los más baratos y nunca nos dieron problemas. Pero con mi churumbelito nos mudamos de casa, el supermercado de esos pañales nos queda muy a desmano, y bicheando por internet conocí una tienda online (Nappy) donde podía comprar pañales de buenas marcas a un precio similar a los normalitos del supermercado. Y no lo dudé. Desde que nació el segundo no he comprado ni un solo pañal que no haya venido de internet. Y así aparecieron los Pingo. Una marca desconocida para mí, que como madre de a pie tenía metido entre ceja y ceja que los mejores pañales eran exclusivamente los de una marca que todos ponemos en un pedestal. Y entonces, abrí mi primer paquete de Pingo y no me lo podía creer: la suavidad del material, lo blancos que son pese a no usar blanqueantes químicos, lo grandotes (mi churumbelito es un bicho bola que lleva en la talla 4 de pañales desde los 6 meses) respecto a la misma talla de otras marcas. ¡No tienen un defecto! También somos fans de sus toallitas, que no tienen fragancias apestosas.

«Los pañales y las toallitas Pingo han sido uno de los mayores descubrimientos de esta segunda maternidad»

Has dado (y sigues dando) el pecho a tus hijos. ¿Crees que con la lactancia, así como con nuestras decisiones de compra (ya sea de pañales, ropa, alimentación), podemos hacer a través de la crianza un mundo más sostenible?

¡Sí se puede! El problema es que a veces no pensamos en las cosas a largo plazo y sólo tenemos en cuenta la inversión en el presente. Hay quien piensa que dar el pecho más allá de los 6 meses es un engorro, que no beneficia en nada al niño y que encima complica la vida de la madre. Y respecto a los pañales ¡cuanto más baratos mejor! Solo quienes tienen bebés con problemas de piel indagan más allá de las marcas comerciales de toda la vida y creo que es un ejercicio que deberíamos hacer todos. Un pañal un poco más costoso pero con una calidad excelente, que va a respetar mucho más la piel de nuestros hijos y también la salud de nuestro planeta ¡no es caro! Es una inversión de futuro para todos. Pero en este aspecto existen muchos tópicos que hay que trabajar para cambiar.