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En Pañales Pingo intentamos promover un consumo y una producción más responsables con nuestro entorno y nuestro medio ambiente, pero esa misión como empresa no tendría sentido si el resto de nuestras acciones, como compañía y como ciudadanos anónimos, no fuesen en sintonía con ella. Por eso, en todos los ámbitos intentamos poner nuestro granito de arena para un mundo mejor. También en la alimentación de nuestros hijos. Y hoy, en este post, queremos sacar nuestro lado de padres, de ciudadanos anónimos, para compartir con vosotros cinco consejos para iniciar a nuestros hijos en una alimentación más saludable y responsable.

Consejos para una alimentación más saludable y responsable

1. Da ejemplo: El primer paso y fundamental es dar ejemplo. De nada servirá toda la teoría que contemos a nuestros hijos sobre los beneficios de llevar una dieta más saludable y un consumo más responsable si en la práctica nuestras acciones diarias son totalmente opuestas a lo que pregonamos. Los niños aprenden de nosotros, los adultos, por imitación. Intentemos ser el mejor ejemplo posible.

2. Consume local y de temporada: Es posible que a nuestros hijos (también a nosotros, para qué nos vamos a engañar) le gusten frutas que posiblemente están en el mercado o en la frutería del súper, pero que llegan a los stands tras haber recorrido miles de kilómetros porque aquí, en España, no es temporada. Cuando pidan una de estas frutas puede ser un buen momento para explicarles a nuestros peques qué es la fruta de temporada y por qué es mejor para el medio ambiente tener paciencia y comprar productos de cercanía.

3. Haz apetecible la comida sana: Por regla general, misterios de la vida, un filete de carne, una pizza precocinada o una hamburguesa lowcost tienen tendencia a ser más apetecibles para los niños que un pimiento, un calabacín o un puré de calabaza. Pero en este extremo también podemos trabajar para cambiar esa percepción. En la red hay infinidad de recursos de padres que son capaces de hacer platos preciosos con frutas y verduras con los que consiguen captar la atención de sus hijos y hacerles más apetecibles productos frescos que a lo mejor de otra manera no consumirían. Ya sabéis que todo entra primero por los ojos…

4. Envases cuantos menos, mejor: El consumo responsable y la alimentación saludable también empieza por la educación sobre los envases. En primer lugar porque un producto envasado tiene más posibilidades de ser un alimento industrial y de baja calidad nutricional. Y en segundo lugar porque puestos a elegir, mejor coger frutas y verduras a granel que envasadas. ¿Por qué? Pues porque a granel siempre tenemos la posibilidad de llevar nuestra propias bolsas reutilizables y, de esta forma, contribuir a una menor generación de residuos.

5. Haz de la comida una reunión familiar: Está estudiado que compartir en familia el momento de la comida o la cena (o ambos), tiene beneficios para los niños. Aprovecha este momento de reunión familiar para conversar, para contaros el día y para transmitir a tus hijos valores y conocimientos sobre los productos y platos que coméis cada día. Hay momentos que propician que las lecciones queden guardadas para siempre en la memoria. ¿Por qué la comida no iba a ser uno de ellos?