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El blog La nave del bebé, de Annabel Verneda, está a punto de cumplir cinco años. Los mismos que tiene su hija mayor. Hace unos meses fue madre por segunda vez, y parece que el nuevo bebé, además de cerrar cicatrices de su primer parto, también viene con un blog bajo el brazo. Y con Pañales Pingo, por supuesto. 

Recientemente llegó la bimaternidad a tu vida. ¿Cómo ha sido el paso de tres a cuatro?

Ha sido mejor de lo que habría podido soñar. Son muchas las madres que tenemos cicatrices de nuestros primeros partos, cosas que luego hemos aprendido y que nos hubiera gustado que fueran diferentes, desde problemas de violencia obstétrica, a complicaciones con la lactancia o miedos en esas primeras semanas de crianza tan duras cuando te dan a tu primer bebé y os veis en casa “solos ante el peligro”.
Para mi este paso de tres a cuatro ha sido en parte liberador, primero porque era un embarazo que llevábamos buscando años (¡Estábamos a las puertas de empezar con el tratamiento de FIV en el siguiente ciclo cuando me quedé embarazada de forma natural!); tuve el parto respetado y precioso que había imaginado, el inicio de la lactancia fue muy fácil, sin dolor, con amor y conocimiento; mi pareja ha podido estar más de un mes con nosotras gracias a la ampliación (aún extremadamente corta) del permiso de paternidad y las vacaciones de verano, así que con este inicio tan idílico solo podían pasar cosas bonitas. Además, mi mayor es tan o más feliz que nosotros, con casi cinco años es plenamente consciente de lo que implica un bebé en la familia, y que ya sea autónoma en muchas cosas ayuda a coordinar las rutinas familiares.

A ello hay que sumar un perro y cuatro hamsters. ¿Queda espacio para alguien más en casa?

(Risas) ¡No te voy negar que estamos algo apretados! El perro ha sido nuestro primer bebé en la familia, es el hermano mayor, y sin duda la relación que mi hija tiene con los animales, de respeto, cuidado y sobretodo de educación ha sido gracias a él.

“Somos muchas las madres que tenemos cicatrices de nuestros primeros partos, cosas que luego hemos aprendido y que nos hubiera gustado que fueran diferentes”

Cuéntanos, para el que todavía no te conozca, ¿quién es Annabel Verneda y qué se esconde tras su blog La nave del bebé?

En la nave del bebé se esconde un poco de todo, es en parte el viaje que ha sido la maternidad para mí, lo marciana que me sentía al principio en este mundo de tetas, pañales y colecho. Creo que muchas mamás blogueras hemos sido lectoras de blogs antes, sobre todo durante el embarazo, y cuando vemos la oportunidad de estar nosotras al otro lado es mucho más fácil hacerlo y compartir de la misma manera que nos ha gustado (o que nos sigue gustando) que otras mamás y papás compartan cosas con nosotras.
Por mi parte además de la baja de maternidad me pasé un año de excedencia con la peque, me vi con mucho tiempo libre, con ella dormida encima mío o al pecho, quería aprovechar ese tiempo con algo productivo y la comunicación, las redes sociales y el mundo del blog siempre me han llamado ¡era mi momento perfecto! La nave ha ido evolucionando conmigo y ahora son muchos más proyectos –y otros que han caído por el camino- pero siempre con mucha ilusión y ganas de que las ideas y las emociones vuelen y salgan al mundo.

Arrancaste el blog al poco de dar a luz a tu primera hija, así que estás a puntito de cumplir 5 años. ¿Engancha mucho la blogoesfera maternal?

¡Engancha mucho! Mira, llevo casi 20 años en esto de las comunidades virtuales, he entrado y salido de muchos sectores, de algunos aún conservo buenas amistades, pero sin duda la blogosfera maternal tiene un punto único, de apoyo, de camaradería, y de llegar cuando más la necesitas, que es ese momento en el que todo se revuelve, las hormonas están a tope y necesitas más apoyo y comprensión que nunca. Mi blog nació con Valeria, mi primera hija y ahora con Elora está a punto de nacer también el segundo.

¿Qué es lo mejor que te ha deparado el blog?

Creo que la respuesta que daríamos instintivamente muchas madres blogueras a esta pregunta es la misma: La gente que he conocido. Y ya no solo amigas que he hecho yo. En estos 5 años de asistir a eventos he visto como mi hija ha ido creciendo y conociendo a otras niñas y niños con los que ahora se lleva de maravilla y se abrazan, juegan y disfrutan cuando se reencuentran. Además de todas las oportunidades que me ha dado el blog, desde viajes, actividades, talleres… experiencias que probablemente de otra manera mi hija no habría vivido. Con tu segunda hija has empezado a utilizar nuestros pañales.

“Llevo casi 20 años en esto de las comunidades virtuales, he entrado y salido de muchos sectores, de algunos aún conservo buenas amistades, pero sin duda la blogosfera maternal tiene un punto único, de apoyo, de camaradería, y de llegar cuando más la necesitas!”

¿Cómo conociste Pingo?

¡Gracias a un blog! El de mi querída Luli de Planeando ser Padres. Después de leerle a ella compré un paquete de la talla más pequeña para llevar al hospital y aluciné cuando los toqué y comparé con otras marcas. De ahí también mis ganas de darlos a conocer a otras mamás haciendo una comparación de pañales. La gente que los ha probado nota la diferencia.

¿Qué es lo que más te ha gustado de ellos?

Además de sentirme bien comprando un producto ecológico que no solo está siendo beneficioso para mi hija, también para el planeta, lo que más tengo que destacar de ellos es su tacto y la absorción. No tengo que usar cremas, no hay irritaciones y la sensación de estar envolviendo a mi bebé en una capa de suavidad que se adapta a su cuerpo no la tengo con ninguna otra marca de pañales. De verdad, animaría a todas las madres a que los compraran una vez, son productos que hablan por ellos mismos una vez los tienes en las manos.

Eres “madre de teta” como te defines en el blog. ¿Crees que con la lactancia, así como con nuestras decisiones de compra (ya sea de pañales, ropa, alimentación), podemos hacer a través de la crianza un mundo más sostenible?

Ya nos decía el “Capità Enciam” en la tele autonómica catalana de los 90 que “los pequeños cambios son poderosos”. Todos los envases que nos ahorremos, los químicos, la basura que logremos reducir, el consumo de productos sostenibles que hagamos, el reciclaje, la compra de segunda mano… Cuando tienes un bebé te das cuenta de la cantidad de basura que genera y la de productos que deja de usar en pocos meses ¡y no hablemos de los juguetes más adelante! Así que cada pequeña acción que hagamos es importante. Con mi mayor usamos pañales de tela combinados con pañales normales, y ahora los he recuperado, lavado y los tengo listos para darles una segunda vida, pero claro, no siempre puedes (o no siempre te apetece) usarlos. Así que tener una alternativa como Pingo me parece una muy buena opción.