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En Pingo estamos de enhorabuena porque hace unas semanas se nos ha concedido el prestigioso sello de calidad Standard 100 de OEKO-TEX para nuestros pañales Pingo. Seguro que habéis visto este sello en muchas prendas de ropa, sobre todo dentro del mundo infantil. El Standard 100 de OEKO-TEX se obtiene tras someter un producto a una batería de pruebas con una verificación en laboratorios independientes, con resultados válidos a nivel mundial, para demostrar la calidad de artículos textiles, en bruto, en fase intermedia o ya fabricados para distribuir, o de los materiales individuales usados para su fabricación. Quizás os preguntaréis si los pañales ecológicos y desechables Pingo entran dentro de esta categoría de artículo textil, y lo cierto es que sí: se encuentran dentro de la Categoría I del Standard 100 de OEKO-TEX, en la que se recogen expresamente artículos para bebés y niños pequeños de hasta 3 años, como por ejemplo su ropa interior, peleles, ropa, ropa de cama, productos de tela de toalla, y también los pañales.

¿Qué garantiza el certificado Standard 100 de OEKO-TEX?

Este certificado suizo se lleva utilizando desde 1992, con el objetivo de someter a pruebas rigurosas y científicas el uso de cientos de sustancias que se utilizan en la actualidad a la hora de tratar cualquier tipo de tejido. Ya conocéis la filosofía sin tóxicos de Pingo, por lo que este test está completamente en la línea de lo que, como marca ecológica, queremos demostrar: que no utilizamos ningún tipo de sustancia química tóxica en la fabricación de nuestros pañales, puesto que es un artículo que se encuentra en constante contacto con la piel de los niños, 24 horas al día durante una media de 3 años. En España, el uso de estos productos químicos potencialmente dañinos para la salud, no está prohibido en la fabricación de pañales, pero en Pingo vamos un paso más allá, evitando las sustancias químicas nocivas aunque su uso aún no esté regulado por la legislación. Lo mismo hace el Standard 100 de OEKO-TEX, aplicando estrictos controles más allá de las normativas legales y prohibiendo, por ejemplo, el uso de tintes azoicos, formaldehído, pentaclorofenol, cadmio, níquel, plomo, etc. También se rigen por el Reglamento europeo en materia de sustancias químicas REACH, así como de la lista de sustancias candidatas SVHC de la ECHA (Agencia europea de sustancias y preparados químicos), en su uso para telas, productos textiles, prendas o accesorios. Además, se tienen en cuenta otras clases de sustancias dañinas para el medio ambiente.

¿Por qué es útil este sello para el consumidor final?

Porque al igual que otros sellos con los que ya se distinguen los pañales y toallitas Pingo (NatureStar, MyClimate, Dermatest) facilita a las familias la compra de pañales de una forma segura, al reconocer en el packaging estos sellos que garantizan la calidad y las pruebas a las que han sido sometidos los pañales Pingo. Los padres pueden saber que estos pañales, y no otros, han superado controles muy exhaustivos de calidad, mucho más estrictos que los límites que se establecen hoy día para la distribución de pañales en España. Además, el Standard 100 de OEKO-TEX, debido a sus auditorías frecuentes y controles continuados, han favorecido una mayor sensibilización de las empresas en el uso responsable de sustancias químicas.

Las pruebas de laboratorio de OEKO-TEX

Los análisis en laboratorio de cada artículo certificado por la empresa independiente OEKO-TEX se realizan en función del tipo de contacto que un tejido vaya a tener con la piel: cuanto mayor sea este contacto, y por tanto mayor sea la sensibilidad, más estrictas deben ser las pruebas y el cumplimiento de los requisitos tanto humanos como ecológicos. Los pañales Pingo han logrado la máxima puntuación en todos los materiales que conforman los pañales: celulosa, cierres, cobertura exterior, etc. entre otros parámetros, se mide el pH, la presencia de metales pesados, pesticidas, derivados del cloro, ftalatos, otras sustancias potencialmente cancerígenas (bisphenol, benzol, arilaminas, etc.), colorantes, componentes policlorados, solidez del color, emisiones volátiles, emisión de olores, uso de fibras prohibidas como los asbestos y un largo etcétera de sustancias cuyo contacto con los bebés deberíamos evitar.

En Pingo, seguimos trabajando cada día para que se reconozca la necesidad de preservar a los más pequeños de la casa de todas estas sustancias nocivas. Vamos varios pasos por delante de la legislación española actual, y seguiremos encaminando nuestro rumbo a fin de consolidarnos como marca ecológica y respetuosa tanto con la piel como con el medio ambiente. Por eso, estamos tan orgullosos de este nuevo reconocimiento. ¿Tú también confías en la calidad y seguridad de los productos Pingo?